miércoles, 2 de julio de 2008

LA ESPADA ENCANTADA DEL REY DODET- NOVELA

Transcribo a continuación el Capítulo XXI, y último, de la novela LA ESPADA ENCANTADA DEL REY DODET, primera parte: AB' ERANA.
Inscrita en la Oficina Territorial de Propiedad Intelectual Delegación de Cultura de Málaga. Nº de registro:200699900568150)

CAPÍTULO X X I

La unión de dos pueblos

1

Fidor y Cedric, acompañados por una escolta de cincuenta soldados elfos a caballo, se desplazan a Morac en la carroza utilizada por Ab’Erana, tirada por los seis avestruces de la princesa Radia, siendo recibidos con todos los honores por la familia real silfa que agasajan a los dos emisarios con atenciones exquisitas.

Fidor es portador de un pergamino firmado por el príncipe Ge’Dodet, y otro de Ab’Erana, dirigidos al rey Kirlog II, el primero, solicitando la mano de la princesa Radia para su hijo Ab’Erana, rey Dodet XIII; y el segundo en el que el propio Ab’Erana da explicaciones del por qué la ceremonia debe celebrarse en Varich.

Cedric lleva otro mensaje enviado por Ab’Erana, a la princesa Radia en la que le comunica, sin ningún tipo de circunloquio, que está dispuesto a contraer matrimonio con ella de forma inmediata. “He prometido a la población de Varich que la boda se celebrará en esta ciudad con intención de que no llegues al País de los Elfos como reina consolidada sino como princesa que se convertirá en reina en el propio país, en presencia de todos los elfos que asistan a la ceremonia, lo que me parece más razonable para conseguir el cariño y el respeto de la gente”.

-El deseo de Ab’Erana es que la boda se celebre en Varich por las razones que expone en su carta, majestad –dice Fidor. –Piensa Ab’Erana que de celebrar la boda aquí la princesa llegaría a Varich como reina y posiblemente se produjera algún rechazo por parte de la población. Cree, y todos los consejeros coincidimos con él, que la princesa será mejor acogida si la gente acude a su boda, la conocen, la ven, participan en los actos y la celebran conjuntamente.

-Nos habría gustado que la boda de Radia se hubiese celebrado en Morac, pero he de admitir que la idea de Ab’Erana es razonable y convincente –acepta Kirlog. –Va a vivir allí y es lógico que así sea. Por nuestra parte no hay inconveniente alguno en que sea como quiere Ab’Erana y la princesa no creo que ponga reparos.

-Hemos traído la carroza real para que la princesa haga conmigo el viaje de regreso a Varich, con una escolta de soldados elfos para garantizar nuestra seguridad –dice Cedric. -Lógicamente vuestra majestad, la reina Patra y la princesa Quiva vendrán con nosotros en la otra carroza y al finalizar la ceremonia y las fiestas que se organicen regresarán a Morac debidamente escoltados por soldados elfos.

-En Varich ya se están efectuando los preparativos y adornos de la ciudad para la celebración de la boda que Ab’Erana desea se celebre de forma inmediata –aclara Fidor. –Y puede vuestra majestad invitar a todos los silfos que deseen presenciar y participar en el gran acontecimiento.

-Estamos totalmente de acuerdo con las intenciones de Ab’Erana, pero contadme detalles de la muerte de Mauro y de la batalla del Valle Fértil, solo sé lo que Ab’Erana dijo en el mensaje, las noticias facilitadas por nuestros soldados y algunos rumores que nos han llegado desde Jündika.

Los reyes se muestran encantados con las noticias que les transmite Cedric que le cuenta incluso los mandobles que propinó y los trolls y el número de individuos que dejó fuera de combate. El rey, emocionado, ordena celebrar la victoria de los soldados elfos y silfos sobre los trolls, la recuperación del Valle Fértil y la noticia de la muerte de Mauro.

La princesa Radia dice sí a la proposición de Ab’Erana. Le comenta a Fidor y a Cedric que le hubiese gustado celebrar la boda en su propio país pero sus padres y el propio Fidor le hacen comprender las razones alegadas por el rey, las considera razonables y las acepta de buen grado.

Fidor, con una pequeña escolta de diez soldados regresa de inmediato a Varich.

Varios días más tarde, las princesas Quiva y Radia, ocupando la carroza real elfa en compañía de Cedric, y la familia real silfa en la segunda carroza, escoltados por soldados elfos y silfos, parten en dirección a Varich.

Poco antes de partir, un silfo, rompiendo el cerco de soldados, se acerca a Cedric y le entrega un mensaje para el rey Ab’Erana. Extrañado, Cedric pregunta quién lo envía y el silfo le indica que es de un hombre llamado Latefund de Bad que se lo entregó dos días antes en la llamada Tierra de los Hombres. Cedric le promete que se lo entregará en cuenta llegue a Varich..

Los habitantes de Jündika salen al camino para vitorear a la futura reina, a Cedric y a la familia real silfa.

2

La acogida de los habitantes de Varich a la princesa Radia es apoteósica. La petición realizada por Ab’Erana en tal sentido da sus frutos y toda la ciudad se echa a la calle para vitorear a la princesa.

Todos los actos se cumplen meticulosamente ateniéndose a las instrucciones de Radia y Ab’Erana, que no dejan en manos de nadie la organización de un acto tan personal, convirtiéndose ambos en los protagonistas absolutos de la nueva situación.

Contraen matrimonio en la plaza principal de Varich, justo en la puerta del palacio real, ante el rey Kirlog, el príncipe Ge’Dodet, Consejeros y Consejo de Ancianos, entre el clamor popular de toda la población, justo en el mismo lugar donde se casaron Ge’Dodet y Erana poco más de veinte años antes.

Ab’Erana, al contemplar la enorme figura de su abuelo Cedric con las lágrimas a punto de hacer su aparición y viendo aquella acogida tan cariñosa y entrañable hacia la princesa Radia y hacia él, tiene un recuerdo para Erana, la madre que no llegó a conocer. Solo Cedric, Ge’Dodet y Fidor sospechan el motivo de las lágrimas que ruedan lentamente por las mejillas del joven rey.



La novela LA ESPADA ENCANTADA DEL REY DODET, como ya se dijo al principio, cuenta con dos partes, la primera AB' ERANA, con este capítulo XXI, llega a su final.

El mensaje que un silfo entrega a Cedric cuando ya está en la carroza real y se dispone a partir hacia Varich, enviado por LATEFUND DE BAD, es el motivo de la segunda parte de la novela. Su título EL ANILLO DEL SEÑOR LATEFUND DE BAD.

Realmente, salvo Yoli, pocos comentarios he recibido. Ignoro si habrá o no gustado y no sé aún si colgar la segunda parte. Mi nieto Álvaro, de diez años, ha leído las dos partes y me dijo que la segunda le gustaba más que la primera. No lo sé. Cada cual tiene sus gustos.

¿Hay alguien que me anime por comentario en el blog o por email?

1 comentario:

Yoli dijo...

Hola Mariano, solo queria comentarle, que sigo leyendo su novela, pero que con el fin de curso, la operación de mi hermana y algunas cosillas mas me he quedado atrás así que a ver si estoy mas tiempo en casa y puedo leerlo. También con este calorcito la verdad es que hasta da pereza estar pegada al ordenador y entonces estoy mas con la novela del juez jejjee. Sin mas despedirme y mandarle un saludo.