lunes, 11 de febrero de 2008

BARCOS HUNDIDOS Y CHAPAPOTE

Los barcos hundidos y el chapapote parece que quieren intervenir en el resultado de las elecciones generales de España, por segunda vez.

El 19 de noviembre de 2.002, un petrolero llamado PRESTIGE se hundió frente a las costas de Galicia y estuvo enviando crudo a las playas y acantilados durante una temporada. Le llamaban chapapote a aquella materia negra y pegajosa que todo lo impregnaba y acababa con la vida de peces y aves que caían en sus garras pegajosas. Algunos técnicos, en un alarde de mala fe, -pudiera ser-, o de incompetencia, -también pudiera ser-, dijeron que tendríamos chapapote en las playas y acantilados de Galicia y Asturias durante varias generaciones, pero lo cierto es que desapareció por completo a los dos o tres años. El chapapote, la guerra de Irak y la desgracia del 11-M, fueron algunos de los motivos por los que el Partido Popular perdió las elecciones del año 2.004, cuando las encuestas lo daban por ganador. Aquellos cantos y gritos de NUNCA MAIS, de los gallegos por el centro de Santiago de Compostela; aquella enorme cantidad de voluntarios con monos blancos que fueron a colaborar de buena y mala fe, para desprestigio del PP; aquellas representaciones teatrales de los artistas contra el PP por haber participado en la guerra de Irak y retirado el barco sin comprender que podría partirse, etc., fueron elementos que coadyuvaron al descrédito de unos -PP- y al enaltecimiento de otros -PSOE-. La realidad fue que aquellos gobernantes debieron hacer lo que creyeron lo mejor y resultó ser lo peor. Ocurre muchas veces en que la decisión es tan difícil que si sale bien, te aclaman; y si sale mal, te hunden.
Ahora, con motivo de las elecciones del 9-M de 2.008, otro chapapote sale a la luz pública e inunda las playas de Algeciras, de la Línea de la Concepción y adyacentes, aunque en mucha menor escala que en Galicia.
La única diferencia es que no se sabe si la culpa es total de las autoridades españolas, de las gibraltareñas, o de ambas, porque nadie habla claramente del tema, como si fuera tabú.
A finales del verano de 2007 se produjo en el Estrecho de Gibraltar una colisión entre dos barcos, el petrolero TOM GERTRUD y el chatarrero NEW FLAME. Al primero no le ocurrió nada grave, pero el segundo se hundió. Menos mal que no fue al revés. El NEW FLAME permaneció asomado al agua, recreándose en el Peñón de Gibraltar y bahía de Algeciras durante unos seis meses hasta que casi se hundió el día 10-2-2008, ayer mismo. Digo casi porque todavía tiene una chimenea oteando el horizonte y los gibraltareños dicen que solo se ha movido un poco debido al temporal que azota el Estrecho, pero de hundirse, nada. Llevaba -y creo que sigue llevando- en su interior chatarra y petróleo. Las manchas de chapapote no han dejado de aparecer desde el verano, pero el día del hundimiento aparecieron muchas más, según las pocas noticias de la televisión. La mañana del día 11, hoy, iban a comenzar la retirada de tabletas de chapapote, que son como tabletas de chocolate, pero incomibles, aunque a algunos políticos seguramente se les atraganten.
No sé si vendrán los consabidos artistas a gritar NUNCA MAIS; o si vendrán los del PSOE a gritar las consignas correspondientes del NO QUEREMOS UN GOBIERNO QUE MIENTA Y NO QUEREMOS LA GUERRA DE IRAK, aunque la gente del PP no tenga responsabilidad alguna en estos hechos, no lo sé. Tampoco sé si vendrá la gente del PP a gritar contra los del PSOE de los señores Zapatero y Chaves; o si vendrán voluntarios vestidos con mono blanco, palas y cubos recogiendo el chapapote de las playas y aparecerán las televisiones para dejar constancia de lo ocurrido. Hasta ahora no ha sucedido nada de eso. Una simple noticia escueta... para no molestar, vaya. No sé si el señor Chaves aparecerá por las playas algecireñas para hacer algún comentario sobre esta tragedia ecológica. Y tampoco sé si el señor Zapatero que estuvo en Algeciras dando un mitin el sábado o el domingo se refirió a este barco que se le ha hundido a él, si no en las narices, sí en las orejas, lo mismo que el otro se le hundió al señor Aznar en las manos. No sé nada porque ni las televisiones ni las emisoras de radio, ni los partidos políticos, si los periódicos, han reaccionado ahora como entonces. Entonces fue “todos contra el PP” y ahora nadie ha dicho “todos contra el PSOE”. Pero el chapapote está ahí; el barco hundido se quedará ahí –porque este pecio no lleva monedas de oro en su interior y nadie peleará por sacarlo- y no escucharemos el NUNCA MAIS, porque aquí no estamos en Galicia, pero sí podríamos escuchar “QUE NO SE HUNDAN MÁS BARCOS, TIO, QUE LOS “PESCAOS” VAN A SALIR “MU” SUCIOS”.
He visto hoy en Málaga un grupo de hombres con monos y batas blancos y ya me cabe la duda de si serán médicos o enfermeros de algún hospital, empleados de algún supermercado o carnicería, o si será un equipo de voluntarios camino de Algeciras para quitar el chapapote antes de las elecciones. Cualquier cosa puede ser.
¡Qué tropa, la de los políticos!

1 comentario:

CAROLINA LEDESMA ALBA dijo...

Esto es lo de siempre... Si se hunde un barco y hay petroleo en el norte, va media España a ayudar; si se hunde en Andalucía, no acuden ni los andaluces...

Y ya si para colmo se hunde entre Algeciras y Gibraltar, seguro que no van ni unos ni otros.